Lecciones del caso Sinovac

Sorpresa y opiniones encontradas ha generado el anuncio de que el laboratorio chino Sinovac desistió de su decisión de construir un centro de I+D en Antofagasta y una planta para la producción de vacunas en Santiago, anunciada en agosto de 2021. Respecto de la planta, Sinovac Chile justificar su cambio de opinión señalando que obedece a nuevas condiciones de mercado; y en relación al centro de I+D, se informó que el cambio de planes es consecuencia de que el terreno que se les ofreció no cumplía con las condiciones requeridas para poder desarrollar un proyecto de esta naturaleza.

Como sea, Chile deja de recibir una inversión que era importante no sólo por su eventual monto final, sino por su potencial de transferencia tecnológica en una industria de primera línea. Algo especialmente sensible en vista de las magras proyecciones económicas de corto y mediano plazo para el país.

Chile deja de recibir una inversión importante no sólo por su eventual monto, sino por su potencial de transferencia tecnológica.

Al respecto, algunas voces han criticado las condiciones ofrecidas por Chile para la llegada de Sinovac al país, particularmente en cuanto a que no se hicieron los esfuerzos necesarios para conseguir terrenos con las características específicas que exigen estos proyectos, deficiencias que la empresa china había hecho saber a las autoridades locales.

Por su parte, el ministro de Economía ha replicado que el problema de fondo podría estar relacionado al hecho de que Sinovac planteó eventuales subsidios o garantías de consumo mínimo en el país, un tipo de política industrial que no ha mostrado ser una palanca eficiente para atraer inversiones. Es importante extraer lecciones para evitar que episodios como éste -la no realización de una inversión ya anunciada- se repitan en el futuro en otros ámbitos. No cabe duda de que en cualquier decisión de inversión lo que prevalece son los factores económicos que dan viabilidad al proyecto, pero ello no es independiente de poder acceder a los insumos y al capital humano requerido, y de algo tan básico como el acceso a terrenos para poder desarrollar los proyectos.

Un adecuado seguimiento de los proyectos y una mejor coordinación interministerial que facilite su realización, sumados a una mejor institucionalidad en todo lo referido a permisos y evaluación ambiental, son materias en las que Chile no puede seguir dando ventajas.